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Laure Murat. L’homme qui se prenait pour Napoléon. Pour une histoire politique de la folieAbstract: Poner de relieve el carácter social de objetos, fenómenos, acontecimientos o procesos que se esconden bajo la forma de naturaleza (o de biología sin historia) ha sido posiblemente la meta más grande del análisis histórico. Así ha sido desde mediados del siglo XIX, cuando autores como Marx mostraron que la naturalización de lo social constituía el dispositivo por excelencia de lo que el mencionado autor designó, en algunos momentos, como la ideología. Si uno quisiera se alar uno de los rasgos dominantes en el siglo XX del trabajo de las ciencias sociales —antropología, sociología— y de la historia en sus mejores expresiones, tendría que decir que la continuación de ese proyecto de romper con los fenómenos de naturalización, y descubrir en cada forma social congelada y petrificada —sea como acontecimiento, sea como representación—, la presencia de la acción humana, ha sido la tarea mejor cumplida.
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