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Sloterdijk y la ontogénesis del ser humano; la planta y el animal que hay en nosotrosKeywords: Esferas , Sloterdijk , ontogénesis , Heidegger , biología , biodiversidad , botánica , ecología , prácticas magnetopáticas , catástrofe , humano , simbiosis , evolución , mónada Abstract: Se comenta y relaciona con el mundo animal y vegetal, una tesis de la esferología de Sloterdijk referente a la ontogénesis del ser humano que va desde el huevo a la microesfera primaria, la díada madre-hijo, hasta el nacimiento. De acuerdo a Sloterdijk la estadía pre-natal en un interior cálido, amorfo, pre-lingüístico, sin acontecimientos y de pura contigüidad entre los medios materno/ germen, y la ruptura de esta simbiosis en el nacimiento, constituiría la fuente evolutiva de los mundos interiores del hombre y determinaría todas las sustituciones y transferencia posteriores en su búsqueda de espacios vivificados de coexistencia.En la primera parte del texto nos referimos a las resonancias botánicas, a la vida vegetativa que nos evoca la vida simbiótica en la microesfera primaria de Sloterdijk. Como un buen ejemplo analógico de la convergencia de la filosofías de los medios y la de las esferas examinamos la evolución de los grandes grupos de plantas verdes terrestres, con una diversidad de más de 300,000 especies, todas ellas caracterizadas por retener y alimentar el embrión en el interior de la planta madre. El hilo conductos de la evolución de los grandes grupos dentro de esta multiplicidad es la sucesiva transferencia de la simbiosis planta-embrión, desde una primera retención del embrión realizada por la planta sexual, siguiendo con la retención de la planta sexual al interior de la espora y culminando con la incorporación de ambos estadios anteriores al interior de la planta asexual, en las plantas con semillas.En la segunda parte del texto, analizamos la estructura unitaria “estar-.en-el-mundo” del Dasein de Heidegger - considerando que Sloterdijk afirma que esta analítica contiene el germen de una teoría del “estar en el espacio” humano – y la examinamos para el caso de la conducta animal mamífera con su nicho ecológico. La relación muestra coherencia con la tesis heideggeriana de “mundo pobre” para el animal. Aunque la disposición afectiva animal sugiere una cierta capacidad de temporanciar la temporabilidad, su capacidad de “transposición” hacia los objetos es limitada y ambas restricciones le impedirían el acceso a dos atributos propiamente humanos, “el habla” y “la muerte”.Siguiendo a Sloterdijk, cuando afirma que “los límites de mi capacidad de transferencia son los límites de mi mundo, concluimos que los graves problemas ecológicos de la contemporaneidad exigen ensanchar los mundos-compartimentos de nuestras parcelas disciplinarias en el enfrentamiento del desastre que implica la biodiversidad amenazada.
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